lunes, 18 de noviembre de 2019

Homero, Lisa y el Dolor

No cabe duda que a lo largo de la historia se ha demostrado que el dolor puede unir a dos personas, incluso a una población entera; los ejemplos más claros para los Mexicanos han sido los sismos y otros desastres naturales. 

En un sueño mi mente analizó ese tema.

En diferentes escenas veía imágenes de la caricatura de Homero Simpson y Lisa Simpson; veía que no se entendían en lo más mínimo; Homero era indisciplinado, dormilón, comía mucho chocolate y de forma desordenada, llegaba ebrio y no tenía ningún sentido de responsabilidad; en mi sueño Lisa era todo lo contrario, una niña muy inteligente, disciplinada, sonriente y con muchas virtudes. Eso hacía que ninguno de los dos se comprendía, aunque se amaban.

Había días en los que Homero estaba tan triste y borracho, que se quedaba dormido en una pendiente en el desierto y nadie se le podía acercar... ni siquiera Lisa, a la que amaba tanto... entonces Lisa para evitar que su padre sufriera una deshidratación en ese desierto, dejaba abierta una manguera de agua y al correr por la pendiente mojaba a Homero; el cual desesperado por un poco de agua lograba dar algunos sorbos. 

Un día, Lisa tuvo una experiencia terriblemente traumática que la despedazó emocionalmente... entonces Homero fué a verla... y se volvieron iguales: comían mucho chocolate sin control, Lisa empezó a tomar, no quería salir de la cama, en fin, como escribí: se volvió igual que Homero... ahí en la cama su padre Homero le leía historias de un libro, ella estaba feliz de estar con su padre.. y apenas se dibujaba una pequeña sonrisa que disminuía su tristeza.. padre e hija ya se comprendían.

Después ella abría la llave de la manguera y los dos se quedaban abrazados en esa pendiente en el desierto, ambos estaban en el mismo estado depresivo, pero amándose y sobreviviendo al dolor.

En fin, creo que así mi mente quiso procesar con un sueño e imágenes como el dolor puede ser útil para unir a la gente. 

viernes, 14 de junio de 2019

Un vistazo a una versión del infierno

Anoche tuve un sueño sumamente vívido; se trató sobre una versión del infierno. Cuando hay algo que me causa cierto estrés tengo un tipo de sueños muy sádicos, pero como se trata de algo dentro de mi mente, se me hace interesante analizarlo. 

En esta versión del infierno, los condenados son obligados a marchar hacia un acantilado, entre súplicas hay otros habitantes que son los "malos" que tienen la función de ejecutar los castigos, en este caso el castigo era empujar hacia un precipicio casi infinito; con paredes de piedra negra, formada como por una especie de obsidiana, la cual es una piedra volcánica que puede llegar a tener mucho filo (en algunas culturas antiguas lo usaban como navajas). 

En fin, los condenados caían entre gritos, golpeándose una y otra vez con la pared del precipicio sin poder hacer nada; podía contar varios de los condenados gritando y cayendo, golpeándose una y otra vez. 

Dentro de la lógica de esa realidad, los condenados no podían morir, sus almas eran indestructibles, pero podían sentir vívidamente el dolor; se golpeaban brutalmente pero seguían vivos; incapaces de poder escapar, cayendo infinitamente... podía ver condenados que habían estado cayendo por mil años; otros por diez mil, otros por quince mil años; evidentemente había algunos que tenían crisis de desesperación... ya no soportaban esa situación ni un segundo más... pero así era el infierno, un solo segundo en ese lugar es insoportable y sin embargo ellos debían soportarlo por siempre. 

Además del dolor físico, la desesperanza era sumamente cruel con sus mentes; pero había más; en la lógica de aquél lugar, cualquier cosa que pudiera causar pena, podía ser visualizada; así que observé a donde terminaba el precipicio... y más allá de la casi infinita caída, estaba un lago de profundidad infinita; estaba tan lejos que aún ningún condenado había caído al mismo; pero una vez que empezaran a caer, perderían algo que aún tenían y no habían valorado: la capacidad de respirar. 

Bueno, Dios nos libre de tales cosas... desperté deseando que tales sitios no existieran; pero hay que recordar que casi todas las religiones tienen su propia versión del infierno. 

Entonces ¿cuanto vale la vida en esta tierra? ¿cuanto vale nuestra existencia?

Bueno, sentí que debía escribirlo.